- Fomentar la cohesión
- Trabajar la identidad y el autoconocimiento del equipo
- Plantear objetivos y planes de acción para el equipo
Nos adentramos en el bosque con una misión clara: construir una cabaña que represente al equipo.
Pero no es solo levantar cuatro palos: es levantar una visión compartida, una estructura simbólica de cómo somos, trabajamos y avanzamos juntos.
Para ello, el grupo tendrá que explorar el entorno, tomar decisiones y gestionar recursos. ¿Invertimos lo que tenemos en las “tiendas naturales” del mapa? ¿O nos arriesgamos a buscar recursos gratuitos más allá?
El tiempo es limitado, así que habrá que combinar estrategia, colaboración y un buen toque de creatividad.
Una vez construida la cabaña, todos los participantes se reunirán alrededor de ella para compartir su significado: qué han creado y qué representa. Es un ejercicio de reflexión, visión de futuro y conexión en estado puro.
Una actividad al aire libre en la que volvemos a jugar como cuando éramos niños, y hablamos sobre nosotros de una forma amena e indirecta, sin sesgos.